lunes, 29 de junio de 2020
Personaje de la semana: Aliados y Afiliaciones
jueves, 25 de junio de 2020
Personaje de la semana: Versiones alternas
Personaje de la semana: Hellblazers
Reserva Provincial Santa Ana.
Pisadas precipitándose en la yerba seca, un tropiezo con una raíz que sobresalía lo hace caer de bruces lastimándose la mano derecha en un intento de detener su caída, rueda varios metros colina abajo golpeándose y rasgándose con todo lo que se le atraviesa en su camisa. Su cuerpo le duele al levantarse, algo caliente brota de su frente y se siente levemente mareado; pero, la criatura no se detiene, aquel ser que lo sigue se desliza por la selva con una maestría excepcional, es su hábitat, su reino.
Un silbido largo y ensordecedor retumba en sus oídos lo reconoce cuando sus amigos fueron atrapados, cuando se encontraron con su muerte en sus manos, lo ve corriendo a su lado. Esta deforme, sus manos y su cabeza son más grandes que la menuda proporción de su cuerpo, su pelo largo le cubre el rostro dejando ver sólo dos ojos blancos como dos falsas farolas en una profunda oscuridad, silba y de un salto su cuerpo cambia, sus rasgos semihumanos se alargan volviéndose garras, se aproxima a él y aunque siente que ya no puede más busca acelerar el paso cuando éste se le interpone.
Ahora es un fiero puma que ruge frente a él, algo se aproxima detrás, él gira un poco su rostro y se nota sorprendido, la criatura transformada en puma salta e instantes después se escucha su último grito.
Dos meses después
San Miguel de Tucucuman, Teatro Alberti
Caminando por las calle Pcia de Jujuy, dos muchachos, se aproximan al edificio que se alza en la esquina, se compone por ser seis niveles, es de estilo francés y se engalana por balaustras italianas, fabricadas de cantera, uno de ellos, el mayor señala el edificio y se aproximan ambos a la fila de la taquilla dispuestos a entrar.
—Olivera, dijo que era en este sitio— indicó uno de ellos acomodándose la chaqueta.
Una chica, algunas personas adelante en la fila lo miró, le sonrió y este lo hizo también.
— Creí que venir a Argentina eran vacaciones, alejarnos de todo— declaró el otro.
— Lo es Sammy, una vez que terminemos con esta caza, tal vez aquella chica tenga algo de suerte.— afirmó Dean mirándola coquetamente.
Sam se percató al instante de que su hermano ya había enfocado a su próximo objetivo y no se trataba de la criatura que la iban a buscar. En los últimos cinco días era lo que se había pasado haciendo, como era su costumbre.
Dean terminaba de apuntar algo en un papel y se giraba hacia su hermano mientras que lo observaba expectante.
— ¿Terminaste? ¿Por qué es qué estamos aquí?
— Tres actrices desaparecidas, Olivera dijo que ya tenía un sospechoso.
— ¿Por qué entonces no vino él a cazarlo?
— Olvera cuando conoció a papá ya se encontraba cerca de su retiro, ahora es un anciano que apenas se puede mantener de pie, puede rastrear, pero nos deja el trabajo duro.
Sam afirmó con su cabeza y se giró para la taquilla, para obtener boletos.
— Hagamos entonces que nadie más desaparezca, entonces — sentenció el menor de los Winchester.
Atravesaron el portal hasta uno de los balcones, el segundo de ellos y tomaron asiento.
El lugar se componía de un semicírculo con cinco niveles de balcones y de doce filas de veinte asientos aproximadamente. Como expertos cazadores empezaron a observar a sus alrededores buscando identificar: su objetivo, sus posibles víctimas, su ruta de escape y donde podrían interceptarlo.
— Generalmente operamos en lugares menos concurridos, tenemos que tener mucho cuidado— dijo Dean mirando hacia los asientos de abajo— ¿Cómo es que sabremos quien es?.
— Olivera, dijo que es un Lobinson lo que buscamos, tiene algunas notas como las del diario de papa; son criaturas ferales, sensibles a los estímulos fuertes, los días que ocurre su transformación.
El telón se levantaba y una filarmónica esperaba tras él: violines, chelos, guitarras, clarinetes, el maestro de la orquesta alzaba sus brazos y tenuemente comenzaban una melodía.
— Entonces buscamos a alguien nervioso, desearía haber tenido acceso a más información; cámaras, testimonios, algún indicio más, me pone nervioso ir a ciegas— señaló Dean.
Una mujer lo miró molesta unos asientos más allá, le indicó con una seña que guardara silencio.
— Dean ¡allí!— señaló Sam levantándose de su asiento.
Un hombre de traje en la segunda fila se movía constantemente, se cubría los oídos balanceándose mientras que intentaba desesperadamente contener algo dentro de sí. Repentinamente se ponía de pie dando ciertos movimientos erráticos, un par de ocasiones se volcaba sobre una de las personas del público y estas lo empujaban de regreso, en la última de estas ocasiones, se abalanzó sobre una mujer que asustada gritó retrocediendo, fue entonces cuando la música se detuvo del todo, el acompañante de la mujer furioso tomó al pobre infeliz de la camisa y le propinó un puñetazo que lo arrojó fuera de la fila.
— ¿Qué es lo que te pasa imbecil? ¿acaso estás loco?— exclamó furioso.
El otro quedó en cuatro patas, agitado como si apenas pudiera respirar, el teatro entero había quedado en silencio ante tan brutal escena por lo que el siguiente sonido se escuchó a los cuatro vientos, un rugido, uno como de un perro embravecido gruñendo. Luego alzó su rostro, sus rasgos humanos habían desaparecido, poco a poco le crecía un hocico lleno de afilados dientes poblándose de pelo oscuro y grueso, su ropa quedaba en trizas pues los tejidos no resistía más su nueva silueta más musculosa y al menos de dos tallas mayor.
El hombre que lo había atacado quedó petrificado del susto y no pudo hacer nada mientras que este se lanzaba hacia él. Sam y Dean al mismo tiempo se lanzaban desde el segundo piso, él último de ellos lanzando un largo grito para disgusto de la mujer que lo había callado, dando una voltereta en el piso y levantándose al instante.
— Sam trata de evacuar a la gente, yo lo mantendré ocupado— ordenó Dean sacando de su tobillo una calibre 22 mm.
— ¡De acuerdo! ¡Todos por allá hacia la salida!— declaró Sam empujando a los que podía. — volveré para ayudarte hermano.
— Lo tengo cubierto ¡Ey Canito!— prorrumpió detonando su arma.
La bala le impactó en el brazo y esté emitió un chillido, de su extremidad salía humo como si le estuviera quemando, pero no se movió, lanzó un zarpazo contra el hombre que atacaba, este como pudo se cubrió el rostro con los brazos.
— ¿No me oíste? te dije que lo soltaras— señaló Dean— Déjalo, no me hagas usar un collar de castigo.
El cazador para ese momento ya se encontraba frente a él, justo en la fila donde todo había comenzado, apuntaba su arma y el Lobizón se había quedado quieto.
—Podemos acabar con esto rápido…
Dean se disponía a disparar, un tiro a esa distancia y lo acabaría, pero había alguien más allí, una mujer, la misma que había sido defendida en altercado previo. Tenía el pelo largo, lacio y de color oscuro, vestía un falda y una blusa de tirantes; estaba aterrada.
La criatura miró sobre su hombro y luego hacia el frente. Winchester entonces comprendió,que el hombre no era su objetivo. Detonó dos veces el disparador, pero era tarde.
El Lobizón con una velocidad impresionante tomó a la chica y luego saltó con ella entre sus garras hacia uno de los balcones, Dean se maldijo a sí mismo y corrió hacia las escaleras para intentar alcanzarlos.
Los persiguió hacia al techo de del lugar, ascendió por el lado derecho hacia el único pasillo del azotea cargando sus últimas municiones de casquillos hechos de cuarzo, para enfrentarlo. Entonces escuchó un sollozo, del otro lado del techo cónico como cúpula, antes de subir, escuchó algunos pasos tras él y se encontró al hombre que había atacado la bestia que aunque estaba malherido había ido a proteger a la chica.
— Sé que ella es importante para ti, te prometo que estará bien, pero tienes que irte— le dijo Dean.
Éste negó con la cabeza.
— No voy a dejarla aquí, seas quien seas o lo que pienses hacer iré contigo.
Winchester frunció el ceño y suspiró, subió al techo y le tendió la mano para luego ayudarlo a subir a él
— Mantente detrás de mí, te cubriré e iras por ella, serás su caballero en armadura.
La chica se encontraba asustada, encogida en su propio cuerpo, pegada en la pared. El lobisón los esperaba de frente, gruñendo.
Dean presionó el arma en sus manos y presionó los dientes, en cuanto el monstruo se moviera, el saltaría sobre él, sirviendo de escudo para que los dos civiles escaparan.
— ¡Ahora!— le exclamó
El muchacho salió corriendo hacia la chica, Dean saltó hacia la criatura, sintió sus garras encajandose en la espalda, pero con esfuerzo lo derrumbó, Por la inclinación del techo ambos rodaron forcejeando. El cazador logró golpearlo dos veces con la cacha del arma, pero de igual manera recibió un zarpazo que lo dejó aturdido, pero al mismo tiempo lo alejó de él.
Era el momento perfecto para dispararle.
— ¡Dean no!— exclamó la voz de Sam no muy lejos de allí.
Dean giró entonces la vista, un hombre de gabardina se aproximó a ellos, desenfundó de esta una escopeta y descargó tres tiros contra el muchacho que estaba por alcanzar la mano de la chica.
lunes, 22 de junio de 2020
Personaje de la semana: Curiosidades
domingo, 21 de junio de 2020
Personaje de la semana: The Constantine
Es un cínico malhablado que lleva una vida de hechicería y peligro, al parecer por una adicción a la adrenalina que solamente lo bizarro y misterioso pueden colmar. Posee una red internacional de contactos y aliados y no le cuesta ningún trabajo hacer amigos y provocar lealtad extrema de su parte, lo que desgraciadamente siempre tiene consecuencias fatales.
John Constantine que aparece en los cómics publicados por DC Comics y su línea editorial Vertigo, hizo su primera aparición The Saga of the Swamp Thing en el número 37 (junio de 1985), creado por Alan Moore y el dibujante Stephen Bissette. Es el personaje principal de los cómics Hellblazer (1988–2013), Constantine (2013–2015) y Constantine: The Hellblazer (2015).
Constantine nació en Liverpool, Inglaterra, el 10 de mayo de 1953. Su hermano y su hermano gemelo murieron el parto, en una realidad alterna su hermano se transformó en un mago. Tuvo una infancia difícil pues su padre lo culpó de la muerte de su mamá y su hermano, era un hombre errático y alcohólico con el que Constantine siempre tuvo problemas, con el tiempo Jonh descubrió que provenía de una familia de magos y se le creo el interés. Deja su ciudad natal y viaja a Londres, allí conoce a Chash Chandle su más antiguo y fiel amigo. Tiempo después viaja a San Fracisco donde conoce a Zattana su futura pareja. Contantine es fan del punk.
Por un trabajo que salió mal, cuando las cosas se vuelven más oscuras, se interna en un psiquiátrico un tiempo para sobrellevarlo. Luego de esto sale para convertirse en un mago y un exorcista profesional.
Personajes de la semana: Cómic
viernes, 19 de junio de 2020
Personajes de la semana: Aliados y Afiliaciones
jueves, 18 de junio de 2020
Personaje de la semana: Galeria
miércoles, 17 de junio de 2020
Personaje de la semana: Versiones Alternas
martes, 16 de junio de 2020
El hombre sin miedo
"Pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obscena."
Se encontraba en aquel tejado expectante, esperando el instante exacto y con cientos de ideas flotando en su mente. Un sonido agudo se proyectó en su oido, uno suplicante y impregnado de temor, se puso de pie y se arrojó al vacío por primera vez, dando un medio giro y lanzando uno de sus bastones como garfio enlazandose firmemente en una escalera incendios de un edificio.
Segundos más tarde se encontraba en el callejón, portaba un traje como el de su padre, como un legado a sus ideales que le fueron despojados.
Avanzaban hacia ella, eran tres siluetas reptando entre risas burlonas detrás de la esquina.
Presionó los dientes y extendió su pierna golpeando al primero de ellos, antes de caer al piso dio un puñetazo al segundo, dando un tirón a su arma se desprendió y con un aleteo de su brazo la hizo zigzaguear noqueando al ultimo.
La mujer que iba a ser atacada, lo observó desconcertada, huyó perdiéndose en la oscuridad en las calles.
Unas personas la observaron salir sana y salva, Matt percibió sus murmullos con tildes de cierto entusiasmo e incredulidad.
— Alguien me ha salvado...— le dijo la chica a un hombre ya anciano mientras alguien se arrojaba en sus brazos.
Aquel barrio era el epicentro de la delincuencia, la gente ya sea por miedo a represalias o terrible costumbre pasaría de largo antes de hacer algo al respecto.
— De verdad...¿te salvaron?—murmuró el anciano.
Una silueta surgió dando una voltereta en el aire, la gente lo señaló sorprendida, miraban por primera vez a aquel que traería justicia a cualquier costo, su diablo guardian, aquel al denominarían el hombre sin miedo, que despojaría de éste a la gente de Hell Kitchen.
"Pienso que al fin ha llegado el momento
de decir adiós a algunas presunciones
de alejarse tal vez y hablar otros idiomas
donde la indiferencia sea una palabra obscena."
Se encontraba en aquel tejado expectante, esperando el instante exacto y con cientos de ideas flotando en su mente. Un sonido agudo se proyectó en su oido, uno suplicante y impregnado de temor, se puso de pie y se arrojó al vacío por primera vez, dando un medio giro y lanzando uno de sus bastones como garfio enlazandose firmemente en una escalera incendios de un edificio.
Segundos más tarde se encontraba en el callejón, portaba un traje como el de su padre, como un legado a sus ideales que le fueron despojados.
Avanzaban hacia ella, eran tres siluetas reptando entre risas burlonas detrás de la esquina.
Presionó los dientes y extendió su pierna golpeando al primero de ellos, antes de caer al piso dio un puñetazo al segundo, dando un tirón a su arma se desprendió y con un aleteo de su brazo la hizo zigzaguear noqueando al ultimo.
La mujer que iba a ser atacada, lo observó desconcertada, huyó perdiéndose en la oscuridad en las calles.
Unas personas la observaron salir sana y salva, Matt percibió sus murmullos con tildes de cierto entusiasmo e incredulidad.
— Alguien me ha salvado...— le dijo la chica a un hombre ya anciano mientras alguien se arrojaba en sus brazos.
Aquel barrio era el epicentro de la delincuencia, la gente ya sea por miedo a represalias o terrible costumbre pasaría de largo antes de hacer algo al respecto.
— De verdad...¿te salvaron?—murmuró el anciano.
Una silueta surgió dando una voltereta en el aire, la gente lo señaló sorprendida, miraban por primera vez a aquel que traería justicia a cualquier costo, su diablo guardian, aquel al denominarían el hombre sin miedo, que despojaría de éste a la gente de Hell Kitchen.
Reto 4: A puro color
lunes, 15 de junio de 2020
Personaje de la semana: Curiosidades
domingo, 14 de junio de 2020
Personaje de la semana
lunes, 8 de junio de 2020
Lo más importante
Shaggy levantó la mano intentando saludar a un chica rubia y un chico de gafas que subían la escalera que él bajaba, estos lo observaron por un segundo y siguieron caminando ignorándolo, su boca formó una línea recta que se ocultó de debajo de su bigote, mientras bajaba la mirada suspirando, esto que acaba de ocurrir, había sido siempre así, desde el jardín de niños donde se la pasaba persiguiendo ardillas porque nadie quería almorzar con él, desde la secundaría en la que su noche de graduación mientras todos se encontraban en aquel baile, el aceptaba el reto de las alitas en el restaurante del centro, su familia misma lo catalogaban únicamente como un chico raro.
Al entrar a la universidad, luego de encontrar un perro de su vecindario que había estado perdido por días, bañarlo, quitarle las pulgas y entregarlo su hogar, dejó de ser un poco invisible para los ojos de algunos quienes pensaron que al menos sería una buena opción para cuidar a sus perros, una mucho más accesible y económica que una estética canina. Así encontró su lugar, mismo que lo había traído a este sitio dos meses atrás.
Un día al salir de facultad en la que por supuesto estudiaba veterinaria, fue abordado por dos mastodontes vestidos de negro, en una escena digna de una película de la mafia, lo arrastraron a un auto, allí una chica que parecía de su edad pero un tanto más pequeña en tamaño, lo observó a través de sus gafas presentándose como Vilma y proponiéndole trabajar con ella, no estaba seguro de que, pero con aquellos dos caballeros con una apariencia tan persuasiva convenía no llevar un negativa.
El trabajo resultó gratificante, positivo, al menos a un principio, en aquel sitio futurista casi en medio de la nada tenían varias especies de perros, en lo que la doctora aseguró era un experimento no dañino para ellos, luego de percatarse que realmente no era así accedió, si hubiera sido el caso contrario, se hubiera negado rotundamente, incluso les hubiera hecho una visita nocturna con intenciones no tan legales, así le fuera la vida en ello, jamás le había gustado observar que maltrataran a algún animal.
Las cosas fueron cambiando con el tiempo, en algunas ocasiones al mes, cuando los perros fueron adquiriendo más entendimiento a causa de los implantes cibernéticos un hombre con apariencia militar llegaba a "charlar" con ellos, los probaba poniéndolos a atacar a maniquíes que en segundos terminaban haciendo añicos, los ponía en peligro haciéndolos pasar a través del fuego, esquivando obstáculos peligrosos, le aseguraban que era porque pensaban emplearlos asistiendo en búsquedas y rescates, no se creía ninguna palabra, pero sabía que si se iba, lo pasarían peor y que no podía hacer de momento nada, pues ellos eran personas poderosas, si tan solo la doctora Vilma no siempre estuviera ocupada.
Terminó por descender las escaleras y caminó hacia el área donde se encontraban, una silueta oscura se dibujaba en el centro de aquel lugar, era una especie de domo circular de un tamaño de un estadio, la luz que emergía del techo daba la ilusión que era a causa del sol, la realidad es que se encontraban varios kilómetros bajo la superficie, el piso se encontraba plagado de varios obstáculos, algunos todavía se encontraban en llamas, conforme se fue acercando lo distinguió mejor, era justo lo que había temido, comenzó correr esperando llegar a tiempo.
— ¡Scooby!—exclamó dejando que de su voz se le escapara un hilo de voz.
Su cuerpo color marrón se encontraba postrado en algunos escombros, se arregló para quitarlos de encima sin dar crédito a la fuerza que había empleado, erráticamente, pero respiraba. Le abrió los ojos y observó sus pupilas dilatadas, tomó impulso para alzarlo.
— ¡Es suficiente por hoy!— declaró lleno de rabia, mientras observaba hacia arriba, había una cúpula donde científicos observaban todo lo que acontecía a toda hora.
Lo alzó con algo de esfuerzo y avanzó por un pasillo hasta lo que se miraba como un pequeño quirófano, a sus lados, el resto de los perros ladraban incontrolables, uno de ellos, que parecía de la misma raza de Scooby los observaba fijamente. A pesar de haber comenzado con los otros, Scooby presentaba menos mejoras que ellos, en cada sentido, era menos lento para resolver problemas, enfrentar peligros, defenderse, esto último era a un más perjudicial, pues conforme habían más adquirían racionalidad, aquel perro llamado Scrappy guiaba a los otros en contra de él.
— Resiste, yo voy a curarte — le susurró.
El perro pareció acurrucarse por lo que le había dicho.
Alrededor de una hora y media le llevó el suturarlo y estabilizarlo, para los últimos momentos ya se encontraba consciente y lo observaba agradecido. Scooby Doo presentaba algo más que otros, una característica que lo hacía especial para él, tenía dos características únicas en él, mayor empatía y un gran instinto protector. Lo calificaban como un perro cobarde, pero si alguien necesitaba de él, estaba.
Estando seguro que se encontraba bien, lo ayudaba a descender de la plancha y antes de comenzar a caminar le acariciaba su cabeza.
— Ese perro es patético Norville— declaró una voz del otro lado, era aquel militar— se supone es tu trabajo entrenarlos, creo que deberíamos despedirte y a él ponerlo a dormir.— indicó sonriendo como si hubiera dicho el mejor de los chistes.— Tienes que enseñarle lo más importante.
A Shaggy no le hizo gracia, la realidad es que actualmente el resto de los perros eran entrenados por militares la mayoría del tiempo, a él le habían asignado solo a Scooby a modo de degradarlo.
— Tienes una semana más...— concluyó.
— Lo más importante— lo acarició mirándolo decidido— es que jamás olvides, que yo soy tu mejor amigo y nunca dejaré que nada te pase.— le susurró.
— Yo tampoco amigo— murmuró articulando sus primeras palabras que pronunciaba Scooby doo.
Scooby Doo lo miró cabizbajo sonriendo a su modo, Shaggy lo abrazó por los hombros.
Wakanda forever
Wakanda Forever En memoria de Chadwick Boseman. Convoco a este concurso que consistirá en un relató de un solo capitulo sin limite de exte...

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Bueno, este es un relato combo, sirve para mi propia dinamica de personaje de la semana y al mismo tiempo funciona como aportación de "...
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Hola a todos quiero formar parte de este reto, en ningún momento vi que no sé podía empezar desde una entrada de blog, luego lo estaré compa...
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Tengo el día de hoy una dinámica para ustedes spacesages. Se han preguntado viendo alguna película, viendo una serie o leyendo algún c...