miércoles, 2 de septiembre de 2020

Por siempre





La luz rosada de las místicas flores a su alrededor iluminaba el sendero. Las tradiciones eran claras, pero mas fuerte era el sentir de su corazón, era una ceremonia prohibida, pero el reino estaba sumergido en un caos por la partida subita de su soberano, Wakanda hoy tenía un rey, pero no un protector, no su guardián y luego tantas perdidas ya irrepsrsbles, lo necesitaba.

— Shuri, entra... No sabemos como tomaran esto, entra rápido a la arena—le ordeno su madre mientras la sacerdotisa le daba a beber la escencia.

La chica dudó un segundo, pero se obligó  seguir cerró los ojos y de pronto se vio sumergida en una inmensa oscuridad, mas que la noche mas oscura, el desequilibrio causado en el universo había afectado igual al mundo espiritual y la arcana sabana de los ancestros lucia como un lienzo desdibujando que iba y venía entre parpadeos.

— ¿Hola?— cuestionó la joven heredera del tótem temerosa

Como lo había estado desde que se le escogió con el voto de las mejores guerreras como la sucesora del poder de Bast.

— De verdad apreciaría que alguien apareciera, que alguien me diera algo...yo no quiero hacer esto... No quiero estar aquí...sola...

Un segundo mas tarde ya no lo estaba, una bestia cuadrupeda, feroz y furtiva la perseguía, ella desesperada movía sus piernas intentado escapar sin moverse ni avanzar, así por horas, por días, por lo que parecía una eternidad, aunque todo era una ilusión, se detuvo para rendirse, para aceptar que había fallado.

— Me rindo, haz lo que quieras—desafío la chica con desgane.

—No lo hagas por favor, no te rindas...— exclamo una voz, una imposible, pues aunque le parecía familiar, no creyó volver a escucharla.

—Tchalla...— susurró con voz quebradiza.

— No tengo mucho tiempo... Yo...este lugar y... el sitió donde me encuentro...hay tanto que debo decir...Shuri tu...creo en ti...lo lamento...—el wakandiano hablaba a como si fuera una imagen con mala recepción, parte de sus palabras se desvanecían antes de formar un sonido.

— No te entiendo, no se que debo hacer...dímelo...

La imagen de su hermano se desvanecía cualquier cosa que lo mantenía allí comenzaba a decrecer, ella no se le ocurrió nada más cruzar sus brazos entre lágrimas mientras el lazo que la mantenía allí a ella también se desvanecía.

— Wakanda...

—Por siempre...—le susurró cruzando sus brazos en cruz como sería su saludo tribal pero al mismo tiempo abrazándola y envolviéndola en  sus ellos por su espalda.

Se recordó a su misma herida luego de caer de un árbol para levantarse, rememoró incitándola construir su primera invención, consolándola cuando su padre murió. Siempre su hermano le había brindado su fuerza y hoy la usaría para continuar su legado.

Shuri se levantaba de la arena con desición en sus ojos. Se dirigía hasta encontrarse con el traje que ella misma se confeccionado, exponía sus manos como garras con ferocidad y alzándose entre las montañas susurraba esperando que pudiera escucharla donde fuera que estuviera.

—Por siempre...

Cerrando su mascara de Black Panther.



En memoria de
Chadwick Boseman 

1 comentario:

  1. Estuvo bastante interesante y buena, la muerte de Chad me ha dolido enormemente, por lo cual este bonito tributo me ha ido bastante bien.

    Una linda forma de conmemorarlo y de narrar, buen escrito c:

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